La creatividad es un bien extraordinariamente valioso en las empresas de toda clase y condición, aunque no pocas veces se la ningunea porque el valor que ésta pone sobre la mesa es más bien intangible y difícilmente aprehensible (al menos con números contantes y sonantes).

Para que la creatividad obre milagros en el seno de la compañías es preciso que éstas recluten talento creativo, una tarea que pone, sin embargo, en no pocos bretes a los responsables de recursos humanos, ya que esta cualidad debe maridarse necesariamente con otras virtudes para echar de verdad brotes verdes.

A la hora de reclutar talento creativo y asegurarse de que los proyectos que se le encomiendan a ese talento creativo transitan por la senda del éxito las empresas deben aprender a olfatear las cualidades que disecciona a continuación Inc.:

1. Buena comunicación online

Desafortunadamente muchos creativos son completamente huérfanos de esta cualidad, que separa a menudo a los profesionales más excelsos de aquellos, que aunque dotados de talento, son todavía “amateur”.

Muchas empresas terminan reclutando a consultoras y agencias porque los creativos “freelance” con los que tienen a bien colaborar no son fluidos en su comunicación, lastrada por la falta de claridad y de rapidez.

En este sentido, las compañías deberían quizás abstenerse de fichar a aquellos creativos que no son lo suficientemente ágiles en sus respuestas a través del email o de herramientas como Slack.

La creatividad, cuando no camina de la mano de la comunicación, no llega a ninguna parte.

2. Capacidad para cumplir de manera consistente con los “deadlines”

Muchos creativos aborrecen los “deadlines” y se resisten a acatarlos con uñas y dientes solicitando invariablemente más tiempo (como si éste fuera infinito).

Cuando un proyecto es muy complejo, asignar fechas topes muy ajustadas puede ser difícil, pero no por ello hay que demorar las cosas “sine die”.

La mejor opción es discutir directamente con los creativos sobre si estiman que los “deadlines” establecidos son realmente razonables e intentar alcanzar un acuerdo que satisfaga a ambas partes.

Lo realmente importante en todo caso es evitar la contratación de creativos que eludan de manera sistemática las fechas tope asignadas. A veces las cosas se tuercen, se subestima la complejidad de determinadas tareas y emergen imprevistos, pero no cumplir jamás los “deadlines” previamente fijados debería ser una señal de alarma para las empresas a la hora de reclutar talento creativo.

3. Habilidad para gestionar de manera constructiva el “feedback” recibido

Los creativos, que tienen a menudo un ego que no les cabe en el pecho, se lo ponen en ocasiones cuesta arriba a las empresas a la hora de colaborar por su resistencia a dar su brazo a torcer y aceptar los “inputs” de sus empleadores.

Un creativo debe estar a abierto a recibir “feedback” (no siempre positivo) en relación con su trabajo y a hacer cambios si así es necesario.

Para una compañía que un creativo (por grande que sea su talento) ignore el “feedback” que llega a sus oídos o directamente lo rechace es absolutamente inaceptable.

4. Atención a los pequeños detalles

A la hora de fichar talento creativo, las empresas deben asegurase de que los candidatos son capaces de trabajar siguiendo cuidadosamente las instrucciones que se les han entregado previamente.

Un creativo no es alguien que tenga el poder de leer la mente y saberlo todo sobre las preferencias de las empresa que le contrata. Y por eso debe estar presto a trabajar en base a las instrucciones que se le facilitan. De lo contrario, tanto él como la empresa entrarán en bucle y acabarán perdiendo valioso tiempo.

Colaboración: www.marketingdirecto.com