La creatividad es el sustento de la publicidad. Sin ella a su vera los publicitarios morirían de inanición.
Sin embargo, y pese a que la creatividad es la piedra angular de su trabajo, los publicitarios (cansados quizás de perseguir constantemente a unas musas que se empeñan en serles esquivas) olvidan a menudo las lecciones más básicas de aquello que les procura a alimento.
A continuación, y de la mano de este artículo de Paul Stanway para Campaign, le proponemos redescubrir (en clave publicitaria) la creatividad:
1. “Un problema bien formulado es un problema resuelto a medias”
Esta frase, atribuida al filósofo estadounidense John Dewey, refleja a la perfección las situaciones a las que se enfrentan los publicitarios en su día a día. Los clientes acuden a las agencias en busca de respuestas (que exigen además de manera lo más rápida posible). No obstante, tomarse tiempo para desentrañar los problemas que los anunciantes ponen sobre la mesa es clave no sólo para hallar la raíz de tales problemas sino también para resolverlos (al menos al 50%).
2. No se trata de si alguien es o no creativo sino de cómo lo es
A diferencia de lo que creen algunos, la creatividad es un proceso (en el que hay involucradas horas y horas de trabajo), no algo que se tiene o no se tiene (como si fuera un don al alcance de sólo unos pocos).
3. La creatividad no es magia
La creatividad no está a merced de musas portadoras de magia. La creatividad es sobre todo y ante todo trabajo. Y cuando más sepamos sobre las circunstancias y las metodologías que hacen posible la creatividad, mejor y más creativo será nuestro trabajo.
4. Sea como el agua
Bruce Lee estaba totalmente en lo cierto cuando dijo aquello de “Be water, my friend” allá por el año 1971. Los publicitarios necesitan ser flexibles y fluidos en su forma de pensar, cambiando sus puntos de vista en función de la información nueva que llega a sus oídos. No les queda otra si quieren sobrevivir en la profesión eternamente cambiante que les ha tocado en suerte.
5. Olvídese de los hechos y ponga el foco en los procesos
En la publicidad la información se apolilla en menos que canta un gallo, pero las formas de pensar duran, por el contrario, toda una vida. Lo que los publicitarios aprenden a lo largo de su carrera no son tanto los hechos y los nombres como los enfoques y los procesos.
6. Sea pobre de tiempo pero rico de mente
Para ser creativo hay que sudar (y echar a menudo horas y horas). Cuanto más tiempo invierta un publicitario aprendiendo y haciendo bullir las ideas que hay alojadas en su mente, mayor será la calidad de su trabajo. Las buenas ideas no son (desafortunadamente) golpes fortuitos de suerte.
7. Sea organizado (en todo lo que hace)
La creatividad exige mucho esfuerzo y mucho tiempo por parte de quienes la practican y por eso, para no ser esclavos al 100% de ella, es vital que los creativos organicen adecuadamente su tiempo (donde hay cabida para mucho más que para el trabajo).
Colaboración: www.marketingdirecto.com