La gamificación como estrategia para generar interacción, obtener datos y diseñar ofertas personalizadas, pero cuidado con una mala implementación que puede desalentar la participación de los consumidores.
El marketing de gamificación implica el uso de elementos de juego para atraer y seducir al consumidor con el fin de que termine adquiriendo el producto o servicio. Su incorporación al desarrollo de determinadas acciones de marketing hace que las experiencias sean mucho más atractivas y entretenidas. ¿La razón? el deseo natural de las personas por la diversión y la gratificación instantánea.
La gamificación es la vía perfecta para ayudar a incrementar la interacción de la marca con los clientes, además de fomentar su fidelización con ellos también es un modo de generar big data, es decir, de conseguir una gran cantidad de datos de los usuarios. Esto permite identificar los intereses y comportamientos de los usuarios para, entre otras cosas, diseñar ofertas personalizadas. Además, esta estrategia es posible desarrollarla en diferentes canales tanto online como en redes sociales o página web, o de forma presencial en los establecimientos físicos de la marca.
Pero el primer paso para desarrollar una estrategia de gamificación, cuyo objetivo es que resulte un éxito, es conocer a los consumidores de la marca. De esta forma, se podrá determinar qué tipo de juegos pueden atraerles. No es lo mismo una marca de refresco dirigida a público joven, que de pañales donde el público son personas con hijos pequeños. Además, en el caso de ciertos juegos como, por ejemplo, los de tipo pregunta-respuesta, disponer de esta información es clave para poder plantear las cuestiones adecuadas.
Otro aspecto que también es importante determinar es el incentivo que se les va a ofrecer. Los consumidores tienen que sentir interés en ellos porque de lo contrario, sentirán que no merece la pena participar. Además, las recompensas deben estar relacionadas con los productos que ofrece la empresa, es decir, si se dedica a la venta online, el premio debería estar vinculado con ofertas, descuentos o tarjetas regalo canjeables en las compras.
El siguiente paso es establecer cómo será el reparto de premios. En este sentido, es recomendable hacerlo de forma casi inmediata. Hoy en día existen distintas modalidades de juego de momento ganador como puede ser la ruleta de la suerte, el rasca y gana o el formulario ganador. En este caso, si el consumidor completa un formulario es una muestra clara del interés que existe en los productos o servicios de la marca, pero no debe olvidarse que los datos que se soliciten no pueden ser demasiados, ni muy personales porque puede frenar su participación, aunque esté interesado en la recompensa.
Las comunicaciones con los ganadores son otro punto que debe cuidarse. Por ello, es importante que las marcas apuesten por la personalización de los mensajes que reciban los premiados, pero también quiénes no han sido afortunados, porque solo así sentirán que la marca les cuida.
Pero ¿qué sucede si la estrategia de gamificación no es buena?, la principal consecuencia será la perdida de interés por parte de los consumidores en participar en el juego. Por ello, se debe apostar por una gamificación que responda a los intereses o necesidades de los clientes o potenciales clientes, si no, es poco probable que participen. Además, es importante que los juegos propuestos resulten sencillos y fáciles de entender, y, sobre todo, que no les lleve demasiado tiempo y esfuerzo.
Colaboración: www.marketingdirecto.com