A cinco meses del ‘rebranding’ de Twitter, ¿Elon Musk tomó la decisión acertada deshaciéndose del antiguo logotipo, o condenó a X al olvido?
Han pasado ya casi cinco meses desde que Elon Musk decidiera deshacerse del logotipo del pájaro en Twitter y optara por renombrar la plataforma como X. Esta decisión causó estupor entre los seguidores más acérrimos de Twitter, aunque fue aplaudida por los entusiastas de Musk, que veían en el cambio de logo un nuevo comienzo para la red social. Sea como sea, lo cierto es que el cambio de logo fue un movimiento cuanto menos arriesgado.
Muchos especialistas en marketing se llevaron las manos a la cabeza con la decisión de Musk. De un día para otro, Musk había destruido una imagen de marca que se contaba entre las más valiosas y reconocibles del mundo. Poco después, las búsquedas de la app en Google Play y la App Store daban la razón a quienes recelaban de este cambio, porque la nueva ‘X’ se desplomaba en los rankings de búsqueda y en el número de descargas.
¿Fue una buena decisión, o el arrebato de Elon Musk ha terminado perjudicando a la plataforma que tanto le costó adquirir? Tal vez la respuesta sea… en parte, y en parte.
¿Cuál ha sido el costo del ‘rebranding’ de Twitter?
Sin entrar a considerar todavía las consecuencias del cambio de logo, lo cierto es que un proyecto de ‘rebranding’ de este tipo tiene un costo económico notable para cualquier empresa. Es cierto que la inversión necesitaría ser mucho mayor en una compañía como Starbucks o McDonald’s, por ejemplo, donde se haría necesario cambiar los logos en un sinfín de sucursales por todo el mundo. Pero el gasto debió de ser considerable también en Twitter.
Además de los gastos derivados de los nuevos diseños y los estudios previos al cambio de logo –en caso de que se hubieran hecho, un paso que, con Elon Musk, puede haber sido omitido–, toda la información relacionada con el nuevo logotipo debe mantenerse protegida antes de darlo a conocer para evitar filtraciones. Se hace razonable pensar que Twitter habrá invertido para esto en una bóveda cifrada, una plataforma que encripta y almacena tus datos sensibles.
Más allá de esta inversión, el cambio de logotipo ha dado un auténtico giro al panorama de Twitter como plataforma, causando la pérdida de miles de usuarios ya establecidos, y, potencialmente, impidiendo la descarga de la app por parte de miles de nuevos usuarios que, simplemente, desconocían el cambio de marca. Es difícil cuantificar todo esto, pero, sobre el papel, las pérdidas de Twitter –es decir, X– habrán sido considerables.
El problema de separar el cambio de marca de muchos otros cambios
El análisis del impacto del nuevo logotipo, sin embargo, parece difícil de valorar de forma aislada porque ha sido solo uno de los muchos cambios que Elon Musk ha implementado y sigue implementando en la plataforma. Después de la oleada de despidos con los que recortó más de la mitad del personal de Twitter en todo el globo, Musk decidió implementar una tarifa para los usuarios con la marca de verificación azul que fue muy criticada a nivel global.
El ruido de algunos de estos cambios, sin embargo, parece haberse diluido cuando plataformas como Instagram han optado por copiar el mismo modelo e implementar sus propios sistemas de pago. X también está destacando por la implementación de las ‘notas de la comunidad’, un sistema que permite al conjunto de los usuarios aportar contexto a Tweets –ahora llamados ‘posts’– que de otro modo podrían ser equívocos o causar desinformación.
La imagen de X está sin duda más deteriorada que la de Twitter
Buena parte de la prensa global, pese a todo, se mantiene muy crítica con Elon Musk, y, aunque estos ajustes en la plataforma han dejado de ser motivo de controversia, siempre aparecen nuevas razones que sacuden el nombre de la plataforma y ahuyentan a algunos grandes patrocinadores. El último escándalo fue un tweet de contenido antisemita apoyado por Elon Musk, a quien también se ha acusado de favorecer a Israel en la guerra de Gaza.
Saltando de polémica en polémica, y con parte de la prensa de uñas, la imagen de Elon Musk se está degradando muy deprisa y, con ella, la de la plataforma X. Un análisis interesante que puede extraerse de estos últimos cinco meses es que no parece que el cambio de marca haya sido tan perjudicial para la plataforma como la personalidad del propio Musk, que, según ejecutivos de Disney, es la razón principal por la que han pausado su publicidad en X.
Colaboración: www.marketingdirecto.com